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David Ospina no tendrá tan felices navidades con el Al-Nassar

La llegada de estrellas internacionales ha ido arrinconando al colombiano tras su lesión.

David Ospina vive en un oasis. Y no es precisamente en Riad. Está lejos de su realidad, concentrado en una Selección Colombia en la que podría tener su regreso triunfal este sábado, en el amistoso contra México, en Estados Unidos. Lo mejor en su situación parece la distancia.

“Felicidad de volver a vestir los colores de mi país, me siento un niño de 17 o 18 años cuando por primera vez llegué a la Selección, después de un largo tiempo. Llego para seguir aportando. Siempre que vengo trato de dar lo mejor y ayudar desde mi experiencia. Eso es lo que puedo recalcar”, decía desde la concentración nacional en territorio estadounidense. Siempre fue su equipo nacional un escape.

¿Un escape de qué? De una realidad tristemente habitual: la de arquero suplente en ligas del prestigio de la Premier y la Serie A. Le pasó en Arsenal y en Napoli por años y por eso, cuando vinieron los árabes con sus maletas llenas de dinero, no pareció tan difícil la decisión de resignar la alta competencia de cinco grandes ligas europeas por la naciente Liga Profesional Saudí.

El problema es que ese rol de segundo del que quería escapar parece perseguirlo ahora hasta A-Nassr, equipo que lo perdió por casi un año, tras una grave lesión en el brazo que requirió operación, y que ahora, cuando o tiene de nuevo a tope, habría decidido darle un portazo.

La información es del periodista Ali Al Harbi y deja claro que, si no se mueve ahora, vendrán tiempos peores: “Sekou Fofana no dejará el club saudita Al-Nassr durante el periodo de transferencias de invierno, y ningún otro jugador extranjero se irá”, asegura el periodista en su cuenta de X..

Y es que esa salida de Fofana era necesaria para siquiera inscribirlo en la liga local, pues salió del listado de disponibles tras su grave lesión y requiere la salida de algún extranjero para ocupar la plaza.

Ospina podrá negociar en pocos días como agente libre, si es que Al-Nassr, que tiene contrato con él hasta mediados de 2024, decide soltarlo y no lo inscribe.

A sus 35 años parece ante una encrucijada: si ya no es un tema de dinero sino de competencia, ¿por qué no su país, ahora que la Selección Colombia parece mirar con buenos ojos la liga local?

Él mismo reconocía que en su mente estuvo siempre el regreso a Atlético Nacional, pero no es tan fácil. Su ficha está a años luz de lo que podrían plantearse en la casa verdolaga y, además, está Kevin Mier, que es patrimonio del club y, mientras no tenga la oferta internacional que espera, no haría fila ni aún detrás de un histórico. El negocio no cerraría para nadie.

Lo cierto es que para él es un momento decisivo: si no quiere renunciar a la posibilidad de un Mundial más necesita resignar algunas cosas -salario, por ejemplo, incluso tranquilidad familiar en un momento complejo en el país- y abrir la mente a otro lugar menos paradisiaco pero más acorde con su necesidad de competencia. No ha de ser sencillo, por mucho que se quieran, ver a su tercer portero relegándolo incluso en un amistoso. El momento de un timonazo es ahora.

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