Opinión

Aprendiz de brujo: cuando los estrategas ven de manera positiva el usar la mentira y el engaño como capital electoral

Por: @arturocharria

Con la implementación del proceso de paz, al uribismo le ocurre lo mismo que a Mickey, el pequeño ratón de Disney, quien desata fuerzas que no puede controlar.


Muchos recordamos a Mickey con su bonete azul y su bata roja desesperado tratando de atajar las escobas que se multiplican e inundan la morada del viejo brujo. En el afán de realizar una tarea que le habían encomendado, el pequeño ratón decide usar fuerzas oscuras e indomables que terminan en trágicos resultados: el agua cae a cántaros, se sale por las ventanas y olas gigantescas golpean contra las paredes.


La versión original de esta historia fue escrita por el poeta alemán Wolfgang von Goethe en 1797 y ha sido retomada por otros pensadores a lo largo de la historia. La idea siempre es la misma: existen poderes superiores que al desatarlos se vuelven incontrolables. En el poema el aprendiz invoca pérfidas fuerzas, lo hace con arrogancia: “¡Vieja escoba, sin demora / Toma tu traje harapiento! / Siempre has sido sierva, ahora / Cumplirás mi mandamiento!”.


En las dinámicas políticas actuales muchos asesores y estrategas de campaña ven de manera positiva el usar la mentira y el engaño como capital electoral, sin comprender que justo ese estado de cosas es lo que deben administrar. Comienzan incendios que luego no pueden controlar y, ya con el poder en sus manos, descubren que de nada sirve gobernar si lo que hay son cenizas.


Esto se comprobó en un pasado encuentro realizado en Villa de Leyva por la revista Semana al que asistió Rafael Guarín, alto consejero para la Seguridad Nacional de la Presidencia de la República. En este evento, Guarín expresó que los Programas de Desarrollo con Enfoque Territorial (PDET) y su implementación son fundamentales para la seguridad del país y para la paz, y que una cosa era la forma en que se referían a estos desde la oposición y otra muy distinta ahora que son gobierno.


Tantas veces dijeron que todo estaba mal, que hasta ahora comienzan a descubrir la dimensión de la tarea que tienen, pero lo hacen cuando las emociones están al límite y saben que si el país se sigue incendiando nos quemamos todos, incluidos ellos. ¿Cómo recuperar la confianza después de haber llevado las posiciones del país al extremo?
El aprendiz de brujo se descontrola al ver que nada de lo que haga o diga puede contener el torrente que desborda sus capacidades: grita y clama para contener la furia que él mismo ha desatado, pero el caos lo llena todo. Ofuscado dice a manera de ruego: “La palabra que sin mora / Lo que es, como antes deja / Vuelve a ser la escoba vieja”.


En esos versos de Goethe está la lección más importante: la frustración de pretender que se puede volver a un estado anterior al creado por desatar pasiones incontenibles. Así, al igual que la escoba que jamás volverá a ser la misma, el país tardará mucho en recomponer el vínculo roto por años de una polarización entre sectores políticos, dispuestos a quemarlo todo con tal de obtener las mayorías necesarias para gobernar.


Al final del poema y de la película de Disney el viejo brujo llega y resuelve el caos. El problema es que en Colombia no hay brujos, solo aprendices que con sus erradas decisiones hacen más grande el caos que ellos mismos han creado.
@arturocharria

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