Opinión

La noche en que se salvó el cazador

Por Toño Sánchez Jr.

Esa noche el vuelo de la aerolínea Iberia despegó de Bogotá sin ningún contratiempo a cubrir la ruta Bogotá- Santo Domingo – Madrid. La escala en la isla del Caribe era más bien técnica, debido a que los aviones que salen para el Viejo Continente desde la capital colombiana no lo pueden hacer con los tanques de combustible llenos.

Los pasajeros ya estaban acomodándose para dormir cuando por los altavoces se escucha la voz del capitán, quién le transmite un mensaje que les espanta de un tajo el sueño: “Les informamos que nos han comunicado desde Bogotá que no podemos elevarnos para alcanzar velocidad crucero porque hay una amenaza de bomba en este avión”. Desde ese momento el más invocado fue Dios. Seguidamente El capitán solicitó la ayuda de todos los pasajeros que tuvieron experiencia en emergencias. Preguntó si en el vuelo iban militares, policías, médicos, paramédicos o bomberos. Anunció que saldría de su cabina y pidió a las personas indicadas levantar la mano, para dialogar con ellas. Un hombre delgado, alto, de elegantes facciones, vestido con un soberbio traje oscuro y corbata azul se levantó de su silla y se acercó lentamente hasta donde el comandante de la aeronave y le dijo suavemente: “Creo que debe prestarle toda su atención a esta posible amenaza de bomba, Yo soy el coronel Hugo Martínez Poveda, comandante del bloque de búsqueda, que persigue al narcotraficante Pablo Escobar Gaviria”. El capitán no pudo ocultar su palidez y se dirigió apresurado a la cabina de mando. El oficial de la policía se regresó a su puesto, allí lo esperaba su esposa con los ojos llenos de lágrimas.

El capitán salió nuevamente y le atribuyó funciones a todas las personas que levantaron la mano. Al Coronel Martínez le tocó una salida de emergencia ubicada en la mitad del avión.

“Yo sé todo lo que sintieron las personas que iban en los aviones que se estrellaron contra las torres gemelas en Nueva York, el 11 de septiembre. Es una angustia terrible saber que uno se va a morir de un momento a otro por una explosión. Pensaba en Dios, en quién cuidaría de mis hijos y en mi esposo. Y lo peor de todo era que no podíamos hacer nada”. Recuerda la esposa del coronel Martínez Poveda.

El avión se aproximaba a su aterrizaje en Santo Domingo, el capitán repitió por tercera vez las recomendaciones de dejar salir primero a los niños, mujeres y por último los hombres. Y recordó a las mujeres quitarse los zapatos y dejar los bolsos. Siguió un angustioso silencio. Los que iban con su familia se abrazaban entre sí e irradiaban su solidaridad a los demás pasajeros que iban solos. Ya todos habían arreglado sus deudas con el Creador, porque ya la plegaria que elevaban al señor era: Dios mío que se haga tu voluntad.

El Boeing sacó su tren de aterrizaje sin ninguna complicación, en la cabecera de la pista esperaban varias ambulancias, máquinas de bomberos, buses, y decenas de médicos, paramédicos y voluntarios. Las manos de los pilotos estaban sudorosas, se hizo un silencio entre la torre de control y ellos mientras se terminaba la maniobra, lo que permitió que escucharan el chirrido de las llantas cuando calentaron el asfalto de la pista. El avión se detuvo y de inmediato se abrieron todas las salidas de emergencia. Se acabó el silencio y la calma. Vino una estampida humana. Los pasajeros se tiraban por los deslizadores y corrían hacía unos buses que los esperaban a prudente distancia. Siguieron las promesas a Dios por haberlos sacado con vida.

Luego miembros anti explosivos sacaron con todo cuidado el equipaje y lo colocaron a lo largo de la pista. Pasajero por pasajero pasó a recoger su equipaje. Sobró una pequeña maleta. La que fue llevada a un campo militar y explotada por inducción. En su interior había una pequeña cantidad de explosivo, suficiente para hacer explotar el avión cuando alcanzara la altura para la velocidad crucero.

En un apartado barrio de Medellín, exactamente en una caleta, un fornido hombre preguntada si las noticias no hablaban de la explosión de un avión de Iberia.

Fue la única vez que El capo del narcotráfico tuvo en sus manos al comandante del Bloque de Búsqueda, coronel Hugo Martínez Poveda. La promesa de este último cuándo se encontraba a salvo en el bus que los esperaba en la cabecera de la pista fue la de cazar a Pablo Escobar.

Diez años después de cumplir su promesa, y luego de mucha insistencia, este oficial y abogado, nacido en una humilde familia, en la que su padre escogió un día al año, 15 de junio, para celebrar el cumpleaños de todos, porque eran muchos, aceptó recordar aquella época.

“PARA MÍ PABLO ESCOBAR NO ERA NI EL ÚLTIMO NI EL ÚNICO”

Hace 10 años, el 2 de diciembre de 1993, cayó en una operación del Bloque de Búsqueda el narcotraficante más buscado del mundo, Pablo Emilio Escobar Gaviria. En ese entonces el coronel Hugo Martínez Poveda estuvo al mando de la unidad que hizo la acción. A pesar de su excesiva discreción accedió a dialogar para esta entrevista.

¿GENERAL MARTÍNEZ QUE HA CAMBIADO EN ESTOS ÚLTIMOS DIEZ AÑOS?

En estos diez años se puede decir que la situación del narcotráfico sigue siendo igual o peor. Lo único que significa la fecha para mí, fue haber terminado con una época de terrorismo y muerte, patrocinada por el narcotráfico, en cabeza de Pablo Escobar. Pero lo que es el narcotráfico sigo observando que va en aumento.

¿TODO SIGUE IGUAL, ENTONCES?

No digamos que todo sigue igual, los narcotraficantes han mejorado su sistema de trabajo, han dividido más sus actividades, han modificado su conducta, son menos visibles, entraron pues a corromper más a las autoridades, ahora hacen las cosas por las buenas, evitan los enfrentamientos con las autoridades. Pero entre ellos continúa siendo el crimen la forma de arreglar sus problemas internos.

¿COLOMBIA ES OTRA DESDE EL 2 DE DICIEMBRE DE 1993?

Sí, es otra. Hace poco estuve comparando y haciendo un seguimiento a los delitos de terrorismo y secuestro. Comparé aquella época de terror, persecución de los carteles de Medellín y Cali, y no hay ninguna comparación con aquellas épocas. Especialmente por el número de víctimas y crueldad. Escobar eliminó tantos policías en esos tres años de guerra, que ni en 10 años que han pasado han muerto tantos en otros países.

¿EN LO PERSONAL QUÉ SIGNIFICÓ PARA USTED HABER COMANDADO EL BLOQUE DE BÚSQUEDA?

Lo he tomado como una experiencia desde el punto de vista profesional. Fue una misión encomendada por el mando institucional a la que me dediqué con todo el interés. Desde lo personal, mi familia cambió mucho, afecto nuestra vida familiar. Ahora que me encuentro en retiro me siento satisfecho de haber cumplido con el deber, de haber logrado el objetivo, así me hubiera demorado. Ganó el bien sobre el mal.

MUCHOS COLOMBIANOS LO VEN COMO UN HÉROE, COMO UNA PERSONA A QUIEN SE LE DEBE MUCHO ¿USTED LO SIENTE ASÍ?

No sabe que no. Uno siempre piensa que lo que le correspondió hacer dentro de la Policía fue porque ese era su obligación, deber profesional. Nunca esperando recompensas más allá de lo que la misma Institución le ofrece a uno cuando se cumple una función. Y nunca se nos quedó debiendo nada, por el contrario, el solo hecho de haber salido con vida de la actividad que se nos asignó fue suficiente. La única deuda que le queda al país con la policía sería sobre sus muertos, viudas y huérfanos que dejó la persecución del cartel de Medellín contra la Institución.

¿POR QUE LLEGÓ A TENER TANTO PODER ESCOBAR? ¿EL PAÍS E INSTITUCIONES CERRARON SUS OJOS Y OÍDOS?

Parece que así fue. La sociedad en general, autoridades, todo el mundo, se beneficiaba del dinero del narcotráfico. Si Escobar no incursiona en política ni ataca el estado todavía lo tendríamos manejando muchos de los hilos del poder en este país.

¿SÍ LLEGÓ A TENER ESCOBAR TANTO PODER?

Sí, porque conformó una mafia. A él acudía todo el mundo del narcotráfico, la delincuencia colombiana y del exterior para obtener beneficios. Y por los vínculos que él tenía con mandos militares, de policía, senadores y gobernadores.

¿POR SU MISIÓN SUS AMIGOS SE ALEJARON DE USTED? ¿SE SINTIÓ SOLO?

Hubo una época de aislamiento total con compañeros de Institución y familia. Era obligado por las circunstancias, no podía ser una vida social normal, sino que tenía que cuidarme mucho y al grupo que comandaba.

¿EXISTÍA UNA VERDADERA ACTITUD ’ANTIMAFIA’ EN LA POLICÍA?

No sé, a medida que iba ascendiendo en la Institución en grados, por lo menos, hasta capitán, la actividad del narcotráfico era incipiente, le temían a la Policía. Pero a medida que creció el negocio: laboratorios, tráfico y consumo, empezó a tocar a la policía, magistrados y demás instituciones. Pero a medida que tocaron a oficiales clave permearon a la Institución. Luego siguieron con un suboficiales y agentes. Estos empezaron a tener comportamientos extraños a comprar lujosos carros y propiedades. Se sabía quiénes eran esos pocos uniformados. Había en la Policía la misma tolerancia que existía en el resto de la sociedad con el narcotráfico. Pero cuando empezaron los secuestros y las muertes, entre ellas, las del coronel Ramírez Gómez y Franklin Quintero; Lara Bonilla, Luis Carlos Galán y otras acciones, hizo que dentro de la Policía se produjera un gran movimiento para depurarla de esos sujetos. Los que no salieron los aislaron.

¿QUÉ DE CIERTO HAY QUE CON LA LLEGADA DEL GENERAL ANTONIO GÓMEZ PADILLA A LA DIRECCIÓN DE LA POLICÍA HAY UN CAMBIO EN LA OFICIALIDAD?

Si. Pero la salida del anterior director (General Medina Sánchez), fue orquestada con un movimiento de publicidad por parte de personas interesadas en acusar al saliente director. Eran acusaciones sin ningún fundamento, digo yo, porque lo conozco y es una persona correcta. Pero había esos oficiales incrustados, que se habían enriquecido con el narcotráfico y le causaron daño al director de ese momento que había despedido a muchos de los señalados. Y vino el cambio con el general Gómez de acabar con el mal que estaba atacando a la institución.

¿CÓMO ERA UN DÍA SUYO EN MEDELLÍN EN 1993?

La mayoría del tiempo la pasaba estudiando los documentos, analizando la información. A repetir una y mil veces la escucha de teléfonos, de informantes; mis días se iban en eso. Y en vigilar a mis hombres, a aislarlos de lo externo.

¿SALÍ A OPERAR CON ELLOS?

Todas las operaciones que tenían que ver con la ubicación de Escobar las comandé personalmente. Fui el responsable tanto de los fracasos como de los éxitos.

¿USTED NUNCA COMIÓ EN UN RESTAURANTE DE LA AVENIDA LAS PALMAS, EN MEDELLÍN?

No, no se podía. Analizando después una información, no sé si usted recuerda, que hubo una semana que Pablo Escobar hizo un retén en la Avenida Las Palmas, después vine a saber que alguien le informó a él que yo iba a pasar por esa avenida en algún plan privado. Por lo que Pablo, según el informante, después dijo que era para recuperar armas y demostrar que tenía poder. Pero realmente iba detrás de los jefes del Bloque de Búsqueda que teníamos programado un viaje por ese sector. Jamás fuimos a un restaurante ni yo ni ninguno de nuestro equipo.

¿LLEGÓ A TENER MIEDO EN MEDELLÍN?

Yo sí tuve mucho miedo, que lo contrarrestaba con la obligación profesional que tenía de ponerme al frente de las cosas. En especial de dar ejemplo, de salir a operar, para mostrarle a los policías que teníamos que poner el pecho todos. No fui temerario.

¿PENSÓ EN EL FRACASO?

Claro, mucho. Habría una sensación de fracaso constante. Yo sabía que habíamos tenido mucho éxito en resquebrajar el cartel de Medellín como tal. Sus jefes y cabecillas fueron poco a poco eliminados, capturados o entregados. Ese éxito era reconocido por nuestros superiores y hasta por el ministro de la defensa. Reconocieron seriedad y firmeza en nuestro trabajo. Pero el hecho que no cayera Pablo Escobar hacía ver todo lo que habíamos hecho como un fracaso y estábamos conscientes de eso. Yo ya estaba a punto de terminar mi comisión en Medellín cuando se da la oportunidad; que es cuando Escobar comienza a hablar, a utilizar teléfonos y radios. Durante mucho tiempo no lo hizo, desde la fuga de La Catedral. No manifestaba su presencia en Medellín, tan es así que lo estuvieron buscando en otros países.

¿EN QUÉ SE LEVANTÓ PENSANDO ESE 2 DE DICIEMBRE DE 1993?

La cercanía a la Navidad no era nada. Seguido uno no espera mucho de esas épocas porque es cuando más trabajo hay. El tiempo que corría era el que lo preocupaba a uno constantemente, porque cada día era un día más sin lograr terminar con el problema. El día que se da de baja a Escobar llevábamos dos noches sin dormir porque estábamos pendiente de las llamadas y reaccionar de inmediato. Para poder hacer el trabajo de ubicación había que tener unos equipos, un grupo de personas especializadas, no solo en la escucha y ubicación, sino también de personal operativo, para intervenir en caso de que fuera ubicado. Él hablaba a cualquier hora del día o noche. El hijo mío (Hugo pequeño, así lo llamaba su mamá) que operaba con la escucha, estaba amanecido, lo mismo que el grupo de asalto, al mando del mayor Hugo Aguilar. Yo me recosté como a las 3 de la madrugada y a las 5 me levanté. La parte técnica y operativa se acababa de acostar, menos la de la vigilancia técnica que tenían turnos. Como a las 11 de la mañana se produce la llamada, por el mismo sector que veníamos vigilando, enseguida desperté al hijo mío y demás hombres de ese equipo, para que se desplazaran al área señalada por los goniómetros y quedé a la espera que se produjera otra llamada. Ese día nadie desayunó ni almorzó. Permanezco todo ese tiempo en la escuela Carlos Holguín y es cuando me llama mi hijo y me informa que lo tenía ubicado. Cuando él me avisa se mueve toda nuestra capacidad técnica y operativa. Existía el temor de que se filtrara la información, pero habíamos llegado a una perfección de comunicación que se hacía imposible una filtración. El alistamiento para operar se hizo rutinario, los hacíamos hasta sin información, para distraer a lo que vigilaban las entradas de la Escuela. Lo importante es que ya está ubicado. Ese día salieron varias unidades para despistar a los que soplaban a la salida. El único que sabía el sitio exacto para dónde iba era el mayor Aguilar, que se dirigía a encontrarse con mi hijo. Me quede solo en la oficina, esperando por radio, pensando que era una oportunidad más. Siempre que salí a buscar a Escobar jamás pensé que se me fuera a volar, así hubiese sucedido antes. Siempre que se fugó fue por suerte, la naturaleza o por el tiempo. Ese día Hugo lo estaba viendo, le dije que se veía que se iba a escapar tenía que enfrentarlo, a pesar que él era un técnico en el manejo de radiocomunicaciones, tenía todas las capacidades para realizar la acción. Con ese aviso yo sabía que era mi hijo o era Pablo, pero no había forma que se nos fuera a ir. Me quedé esperando por radio. Aguilar empieza a narrar por radio todo el procedimiento, cuando llega a la casa, cuando tumba la puerta, cuando empieza el tiroteo, cuando cae Escobar…. Y cuándo grita ¡Viva Colombia!

¿EXISTE UNA GRAN CONTROVERSIA EN EL SENTIDO DE QUE LOS GRINGOS SE HAN ATRIBUIDO EL ÉXITO TOTAL Y ÚNICO DE LA OPERACIÓN CONTRA ESCOBAR, EXCLUYENDO A LA POLICÍA NACIONAL…

Yo siempre he valorado el aporte de los gringos, lo más importante del Gobierno americano fue haber presionado al Gobierno colombiano para que sostuviera la persecución sobre el Cartel de Medellín. Era una presión que le hacían por conducto oficiales y privados. Además, aportaron recursos, adiestraron a nuestros hombres y nos ayudaron con tecnología electrónica. Todo eso ayudó a que nosotros tuviéramos la capacidad de hacerlo como lo hicimos. La operación final, la ubicación y baja de Escobar, fue hecha por la Policía Nacional. Pero ello no le quita de ninguna manera a los gringos su contribución.

ESCOBAR MURIÓ PERO EL NARCOTRÁFICO CRECIÓ ¿CÓMO ENTENDER ESA SITUACIÓN?

Lo de Escobar es como una coyuntura que se da dentro de la historia del narcotráfico en Colombia, donde quisieron ponerle etiqueta y nombre a alguien, hacer responsable a una sola persona de todo lo que está ocurriendo y eso fue Pablo Escobar. Seguido había otros y todavía los hay, que podían ser tan ricos y más traficantes que él, como se ha venido sabiendo después. Para mí Escobar no era ni el último ni el único.

¿PUEDE UN HOMBRE SER INCAPTURABLE?

Sí. Casos se han visto en la historia de la delincuencia.

¿POR QUÉ NO SE CAPTURA A LOS CABECILLAS DE LA GUERRILLA?

Porque es difícil. Seguido ve al famoso ‘Chacal’, buscado por las mejores agencias del mundo y duraron 20 años para lograrlo. Lo mismo pasa con otros que mueren de viejos y no los encuentran. Seguido ve al caso de Husseín y Bin Laden.

¿DÓNDE SE HACE MÁS DIFÍCIL CAPTURAR UNA PERSONA, EN EL MONTE O EN LA CIUDAD?

A mí me pareció que era más fácil en el área rural. Cuando se tiene unas coordenadas de ubicación en el monte se puede hacer un cerco y búsqueda, hay muy poca población. Mientras que en el área urbana unas coordenadas pueden abarcar varias manzanas, barrios y muchas personas.

¿QUÉ SE SIENTE SER PROTAGONISTA DEL PROGRAMA EN A&E MUNDO, THE HISTORY CHANNEL Y DISCOVERY CHANNEL, Y SER CONSULTADO POR LAS REVISTAS MÁS LEÍDAS DEL MUNDO?

Yo siempre he creído en el trabajo realizado por nosotros como equipo del Bloque de Búsqueda debe ser explotado como experiencia exitosa, a nivel de formación y educación por la Policía y otras Instituciones que tengan que ver con esta actividad y búsqueda de delincuentes. Por eso cada vez que hay la oportunidad de dar conferencias sobre estas técnicas a funcionarios nos sentimos a gusto, no solo yo sino de todos los que participamos. Para tener éxito en la prevención del delito, los delincuentes deben saber que por más versados que sean pueden ser capturados o dados de baja por la autoridad.

SÉ QUE USTED TIENE UN BAÚL DONDE GUARDAN MUCHOS SECRETOS DE LA PERSECUCIÓN A ESCOBAR ¿LO VA ABRIR ALGÚN DÍA?

(Risas) Yo sí tengo guardada muchas cosas como antecedentes a mi trabajo. Cuando se me dé por escribir algo lo abriré, pero por ahora seguirá cerrado.

¿ES UN HOMBRE FELIZ?

Yo puedo decir que sí. Logré mucho de lo que me propuse en mi carrera. Tengo una bella familia. Felicidad que se vio afectada con la muerte de mi hijo, de Hugo, pero nuestra fortaleza familiar nos ha ayudado mucho a que continuemos unidos y esperemos un futuro mejor para nuestros hijos. Yo siempre he creído en Colombia, en las autoridades. He tenido oportunidades para irme a vivir a otro país, me lo han ofrecido, pero creo que es aquí el lugar donde se debe vivir y educar a mis hijos. No todo es malo, cuando uno está metido dentro de la Institución, investigando, uno solo ve delitos, violencia: todo lo malo. Pero también se ven muchas cosas buenas. Hoy es mi retiro disfruto de la vida, me dedico a leer, estudiar, dar conferencias, a la pesca, y a ver por mi esposa, hijos, nietos y amigos.

¿EL BIEN SIEMPRE LE GANARÁ AL MAL?

El bien siempre ganará. Los malos son pocos. Los buenos deben organizarse para evitar que nos ganen los malos. Cada día lo entendemos más como sociedad. Y esa es la lucha de la historia de la humanidad.

Back to top button